Los juegos de azar son hoy en día una actividad muy común en todo el mundo y en cualquier ámbito social.
La industria del juego mueve billones cada año, pero detrás de este fenómeno se esconde una larga historia repleta de leyes y prohibiciones. En este artículo, te contaremos las etapas más importantes de la historia del juego.
Apostar siempre ha sido popular
Las apuestas son una de las formas de juego más antiguas que se han practicado a lo largo del tiempo. Por ejemplo, en la Roma antigua y también en Grecia, las carrozas se enfrentaban con los gladiadores y las carreras de carrozas derivaron en lo que hoy conocemos como carreras de caballos, las cuales siguen siendo muy populares.
Las modalidades deportivas más apreciadas han ido cambiando a lo largo de la historia, pero siempre se ha apostado en casi todos los deportes, tratando de acertar el resultado de un evento deportivo.
¿Es solo cuestión de suerte?
La forma de apostar dependerá de si las apuestas están vistas como un puro juego de azar o de si se necesita una preparación previa y un análisis exhaustivo de los rivales y del contexto. Hay apuestas que tienen que ver con la suerte, como por ejemplo el resultado al tirar una moneda al aire a cara o cruz u otros tipos de apuesta con resultado aleatorio sobre los que se puede apostar.
Las apuestas deportivas también están consideradas como una forma de juego, pero los jugadores habilidosos que compiten en él pueden influir claramente en el resultado. Por ejemplo, información previa detallada sobre los participantes y su estado físico, o los resultados de los partidos previos de los equipos, te ayudará para saber las opciones realistas que tiene cada tipo de apuesta.
Los apostadores ambiciosos intentan tener tanta información previa como les sea posible de antemano. Esto no sólo ocurre en las apuestas de hoy en día, también se utilizaba en las carreras antiguamente con algunos competidores.
3000 A.C.: Todo comienza con los dados
El juego comenzó a popularizarse sobre el año 3000 AC, empezando con los dados. En China y en la zona de la antigua Mesopotamia, los investigadores encontraron los primeros dados, aunque eran distintos en forma y tamaño de los que utilizamos hoy en día. Los dados, tal y como los conocemos hoy, se inventaron unos 1000 años más tarde en Egipto.
El juego de los dados no sólo era popular en esa región, también lo era en Roma, dónde contaba con muchos seguidores. Sin embargo, los emperadores romanos trataron de impedir el juego rápidamente, permitiéndolo únicamente en Saturnalia, que eran los periodos de celebración en honor a Saturno. En Europa, a los alemanes tampoco les convenían demasiado los dados, ya que a menudo apostaban todas sus posesiones o incluso su propia libertad.
Entre 500 – 1500 A.C.: Preocupaciones morales. El juego en la Edad Media
Del mismo modo que para los emperadores en la antigüedad, el juego tampoco era muy apreciado por los gobernantes de la Europa medieval. Existía algo de preocupación tanto de los ciudadanos como de la parte religiosa: los unos temían por la fuerza laboral, mientras que los otros tenían dudas morales sobre las apuestas.
Aun así, los intentos por prohibir el juego no tuvieron mucho éxito, ya que la gente siempre encontraba otras formas de seguir apostando. Esto no beneficiaba a las autoridades, ya que obtenían ganancias de los jugadores a través de las tasas y las obligaciones fiscales.
Al principio se trataba de fiestas, ferias o en carnavales, lugares de encuentro populares para apostar, pero estos cada vez eran más suplantados debido a las prohibiciones, de modo que la gente apostaba en casas de huéspedes y la clase alta contaba con sus propias “casas de juego” para probar suerte. Aquí, el legislador introdujo regulaciones específicas para el juego, y así obligaba a los operadores a pagar.
Una forma especial de apuesta: el seguro de vida
Ya en la Edad Media, existía una forma especial de apostar en Génova y Amberes, que es lo que ahora conocemos como seguros de vida. Se apostaba sobre la “vida o la muerte” de las personas. De esta forma era posible para los comerciantes ambulantes asegurar a las familias antes de embarcar en peligrosos viajes, haciendo apuestas sobre su propia muerte. Si el viajero no regresaba con vida, ganaba la apuesta y su familia recibía el dinero.
Los seguros de vida siguen funcionando hoy en día bajo el mismo principio y, al igual que ahora, ya en su momento había fraudes. Los seguros actuales se remontan pues a mucho tiempo atrás.
Desde 1350 D. C.: La concesión como forma de control
Otro intento de los gobernantes de controlar el juego fue la introducción de casas de apuestas con licencia en el siglo XIV. Sólo los miembros de clase alta tenían acceso a ellas, por eso la gente de otras clases sociales jugaban en casas privadas pero, al estar prohibido, se enfrentaban a duras sanciones. Cada rey podía decidir hasta qué punto concedía concesiones, lo que le suponía un gran instrumento de control.
Al mismo tiempo, el juego de cartas llegó desde Oriente a Europa y desarrolló una segunda variante de juego popular, que hasta ese momento había sido capitalizado por los dados. La sureña ciudad alemana de Ulm se convirtió rápidamente en un centro de producción de cartas y esto se supo más allá de las fronteras. En esta nueva “máquina de juego” también se distinguían las clases sociales, que se diferenciaban por patrones en la parte trasera de las cartas. La clase alta jugaba con cartas decoradas artísticamente, mientras que la clase media o baja jugaba con cartas sin distinciones ni patrones.
La llegada de las cartas a Europa puso en evidencia una vez más los problemas del juego: pérdida de propiedades, fraudes, asesinatos y homicidios. En respuesta a esto, muchas ciudades aprobaron la prohibición de apostar y aumentaron los controles. Sin embargo, esto afectó principalmente a las clases bajas, ya que las clases altas de la sociedad seguían jugando sin apenas ser molestados.
Desde 1400 hasta hoy: Loterías como juego de apuestas popular, con un trasfondo social
El origen de los juegos de lotería tuvo lugar en Italia y Holanda. En el siglo XIV empezaron las primeras modalidades de este tipo de apuesta. En los lugares de habla alemana, aparecieron variantes de este juego un poco más adelante. Desde el siglo XVI, se generaliza el juego de lotería. Los participantes podían adquirir boletos de una o más empresas, elegidos previamente, por lo que tenían la oportunidad de ganar algo. El sorteo del ganador se hacía en público y era un evento social muy popular. Los participantes podían apostar tanto en proveedores privados como en instituciones públicas. En muchos casos, las ganancias se utilizaban para obras sociales, como la construcción de iglesias o casas en mal estado, también para las víctimas de algún incendio.
Por supuesto, los reyes también querían aprovecharse del auge de los nuevos juegos de azar, por lo que organizaban sus propias loterías para incrementar el presupuesto estatal. La primera lotería de números (la misma que jugamos hoy en día) empezó en el siglo XVII. La introducción de este juego no cambió la parte negativa de esta práctica ya que seguía provocando pérdida de posesiones, pobreza y suicidios.
Hacia finales del siglo XVIII, la crítica hacia la lotería también creció, ya que, al igual que en otros juegos de azar, se temía mucho que la gente más pobre perdiera demasiado dinero y descuidase su trabajo, lo cual les impediría pagar los impuestos a la clase dominante. Debido a esto, los juegos de lotería fueron prohibidos en muchos países. Sin embargo, los diplomáticos alemanes de distintos países no se vieron afectados por esta prohibición y continuaron realizándolo.
Los locales de Austria e Italia, donde la lotería estaba totalmente permitida, se beneficiaban de la prohibición en Alemania, ya que los jugadores empezaron a comprar juegos en países vecinos.
La lotería en España llegó gracias a Carlos III, que a su vez la había importado desde Nápoles y era igual que la ahora llamada Lotería Primitiva. El primer sorteo en España se produjo el 10 de diciembre de 1763.
Desde 1480: Primeras consideraciones matemáticas del juego
A finales del siglo XV, algunos estudiosos empezaron a pensar de una manera más técnica en el juego. Las probabilidades de ganancia ya no debían ser sólo estimadas, sino que ya estaban claramente calculadas acorde a las leyes de la estocástica.
Hoy en día, cualquier juego moderno de casino puede tener la probabilidad de ganar. Esto quiere decir, por supuesto, que en la mayoría de juegos, los proveedores a la larga salen ganando para que puedan seguir ofreciendo beneficios. De otra forma sería imposible para los casinos y para la banca ofrecer ganancias.
De todas formas, también hay juegos en los que es posible ganar beneficios aún a largo plazo tomando decisiones de forma inteligente, por ejemplo, en los juegos en los que no se juega contra ‘la banca’, sino contra otros participantes. Un buen ejemplo es el póker y sus variantes. No se trata de ser mejor que la banca, sino de ganar a otros jugadores. Por eso actualmente hay jugadores que son capaces de apostar y obtener beneficios a medio-largo plazo. Esto no sólo se aplica al póker, sino también a muchos otros juegos de cartas. Un juego de mesa muy popular en el que también puedes tener expectativas positivas al jugar es el backgammon, en el que se siguen apostando grandes cantidades de dinero.
Entre 1500 – 1900: Los juegos de mesa, cada vez más populares
Hoy en día, el ‘Juego de la Oca’ es considerado como un juego infantil, pero a finales del siglo XIX lo jugaban principalmente adultos y se apostaban grandes cantidades. En Europa, este juego apareció a finales del siglo XV y rápidamente se hizo muy popular. Especialmente en España, Francia y Holanda estaba muy extendido.
El juego tiene un total de 63 casillas. Cada jugador recibe una figura que puede mover hacia delante según el número que aparezca al lanzar los dados. La meta del juego es alcanzar la casilla final (el jardín de la oca) con el número exacto en los dados. Por el camino existen varios obstáculos que pueden facilitar o dificultar tu camino hacia la meta. Johann Wolfgang von Goethe se inspiró en este juego para escribir su poema “La vida es el juego de la oca”. Julio Verne también abordó este tema en su novela de 1899 “El testamento de un excéntrico” que describía a Estados Unidos como un juego de la oca gigante, donde las personas apuestan entre sí.
Poema: “La vida es el juego de la oca”, de Goethe
“La vida es el juego de la oca:
Cuanto más avanzas,
Más rápido llegas a la meta,
Donde a nadie le gusta estar de pie.
Dicen que la oca es estúpida,
Oh, no les creas:
Porque uno mira a su alrededor una vez,
Me significa hacia atrás.
Es muy diferente en este mundo,
Dónde todo se mueve hacia adelante:
Si alguien tropieza o cae,
Ningún alma mira hacia atrás”.
1638: “Ridotto”, el primer casino
El primer casino público fue el italiano “Ridotto”, que ya era muy parecido a los casinos de hoy en día y que abrió sus puertas en Venecia en 1638. El Ridotto fue solamente el comienzo de una glamurosa época de casinos, ya que rápidamente, otros 100 casinos le siguieron en Italia. En noviembre de 1774, el Ridotto fue cerrado de nuevo. Las consecuencias se notaron, no sólo por los partidarios del juego, ya que de los numerosos clientes del casino se beneficiaban empresas como la industria textil emergente, los restaurantes o los hoteles.
1750: Prohibición tras prohibición. Cambios en los centros de juego
Al mismo tiempo que se inventó el juego de la ruleta, a mediados del siglo XVIII, los gobernantes de Europa usaban su poder para regular la organización del juego. Carlos III, rey de España, prohibió los bancos de juego público en su país; Napoleón, por otra parte, castigó posteriormente el juego privado en Italia con el fin de hacer posible el juego público. En su tierra natal, el francés cerró los casinos en muchas ciudades, e inicialmente los instaló en la capital, Paris. A partir de 1837 se prohibieron los centros de juego en todo el país, lo que supuso el comienzo del auge del juego en la vecina Alemania.
En algunas ciudades turísticas y lugares de vacaciones, surgieron pretenciosos bancos de juego, que se extendieron más allá de las fronteras. La gran cantidad de turistas y visitantes, trajo a la ciudad ingresos que se invirtieron en mejorar la infraestructura local. En concreto deben ser mencionadas las casas Baden-Baden y Bad Homburg, que atraían a celebridades internacionales, como el escritor ruso Dostoievski, quién se inspiró en sus experiencias en esa ciudad para escribir su novela “El jugador”.
A medida que las críticas hacia el juego se hacían cada vez más fuertes, el canciller Bismarck remitió en 1872 una prohibición del juego en todo el territorio alemán. Esto llevó a un final abrupto a los casinos. La ciudad de Monte Carlo se benefició de ello y, a partir de entonces, se ganó una reputación como la ciudad del juego.
Hoy en día, los juegos de casino son muy populares. La larga tradición de locales todavía se menciona hoy con orgullo y una visita al casino está considerado como un evento social con algunas reglas inherentes, como por ejemplo ir vestido de una forma determinada.
Sobre 1800:Las carreras de caballos atraen mucha audiencia
Hoy en día, las carreras de coches originales solo se realizan de forma clandestina. En el siglo XVIII, las carreras de caballos eran muy populares en Inglaterra y cada vez más y más populares en otros países. En Alemania, el primer hipódromo se abrió en 1822, en Bad Doberan. Originalmente, las carreras se hacían para saber cuáles eran los mejores caballos para criar, pero al aumentar tanto su popularidad, las carreras se centraron más y más el deporte.
Incluso hoy en día, las apuestas de caballos son muy famosas en Inglaterra y están consideradas como una forma de juego para gente de clase alta. En esta modalidad, por supuesto, las probabilidades de ganar pueden estar influenciadas por los conocimientos sobre el sector, aunque muchos jugadores también apuestan simplemente por diversión sin tener mucho conocimiento sobre este deporte.
1865: El sistema totalizador revoluciona el mundo de las apuestas
Al apostar contra un corredor de apuestas, los participantes reciben cuotas fijas. De esa manera, los jugadores ya saben de antemano el beneficio que obtendrán en caso de que su apuesta sobre el evento resulte ganadora.
A mediados del siglo XIX, se introdujo un nuevo tipo de apuesta, el sistema totalizador. Los participantes no apostaban contra un corredor de apuestas, sino entre ellos. Originalmente, el sistema totalizador fue creado para carreras de caballos, pero todavía se utiliza hoy en día para la lotería, en las llamadas quinielas (o porras futbolísticas) y en juegos similares. Cuanto menor sea el número de participantes en un evento, mayor será el beneficio cuando se juegue.
La apuesta de los jugadores deduce la tasa para el organizador, que será repartido entre los ganadores en el caso de la apuesta con sistema totalizador. Como las cuotas en este tipo de apuesta pueden cambiar durante el transcurso del evento, no se pueden dar ganancias fijas de antemano. En la lotería, por ejemplo, el participante sabe cuánto va a ganar únicamente cuando se conocen los números del sorteo. En el caso de las carreras de caballos, se suelen saber las cuotas, aunque no es algo seguro.
Para el organizador, la apuesta con sistema totalizador tiene la ventaja de que no le hace correr ningún riesgo. Un corredor de apuestas también trabaja para obtener beneficios, pero sí que puede tener pérdidas en un evento de apuestas. En el caso de la apuesta con sistema totalizador, el organizador no actúa como el mejor, pero como un denominado totalizador, sólo actúa como intermediario de apuestas.
1867: “El jugador”, de Dostoievski
La famosa novela de Fiodor Dostoievski publicada en 1867 es representada en la ciudad ficticia de “Roulettenburg”. Es de suponer que la ciudad de Bad Homburg, con su famoso casino, fue en la que se basó la novela, ya que allí jugaba el propio Dostoievski a la ruleta.
La novela trata sobre un general ruso muy endeudado, adicto al juego, que apostó todo su dinero a la ruleta. La esperanza de que su tía rica le salvase de las deudas se disuelve en el aire, ya que ella también pierde toda su fortuna en la ruleta. Poco a poco, el general no sólo pierde toda su fortuna, también pierde a su novia y algunas amistades.
La novela de Dostoievski sirvió de modelo para la ópera homónima de Sergej Prokofiev.
Tiempos de guerra, también para el juego
La prohibición de 1872 no consiguió impedir que el juego continuase siendo algo habitual en la sociedad. Sólo cambió el ámbito donde la gente lo practicaba siguiendo su impulso. Se crearon concentraciones ilegales para seguir jugando de manera clandestina.
Los intermitentes intentos de legalizar el juego fueron rechazados durante la República de Weimar, también respecto al peligro de la adicción al juego, aunque la prohibición fue llevada a cabo por los Nazis en 1933.
Hasta que la guerra terminó, la mayoría de casinos tuvieron que cerrar de nuevo. Las casas de juego típicas, como el casino Baden Baden, nunca volvieron a tener el mismo éxito en la República Federal después de su reapertura.
Las máquinas de “juegos de habilidad”
A finales del siglo XX, las primeras máquinas tragaperras se desarrollan en los Estados Unidos. La Liberty Bell, diseñada por el mecánico alemán Charles August Fey en San Francisco, fue el primer ejemplo de un sistema de tres carretes.
Esta técnica del entretenimiento también se extendió rápidamente por Europa, aunque no fue permitida en el Imperio Alemán ni en la República de Weimar debido a la prohibición local del juego. De todas formas, los juegos de habilidad estaban permitidos, por lo que se fabricaron muchas otras máquinas que funcionaban sin recursos financieros ni daban la oportunidad de ganar dinero.
En la actualidad: Las apuestas online están en auge
Igual que las máquinas de juegos, las apuestas están cada vez más instauradas en internet. En la red, se ofrecen un montón de posibilidades para apostar, incluso las llamadas “apuestas en directo”, que te permiten jugar en tiempo real mientras sucede el evento.
Las tasas también son más bajas, ya que los operadores de apuestas online tienen unos costes mucho menores que los de las casas fijas. Sin embargo, todavía siguen existiendo las casas de apuestas clásicas, sobre todo en las carreras de caballos, dónde se puede apostar en el mismo puesto. Sigue siendo algo muy popular, ya que está considerado como un evento social y la forma de apuesta clásica es para mucha gente como una parte más de la tradición.
Una nueva dimensión fuera del lugar y el tiempo: las apuestas en la era digital
El aumento de la tecnología y la digitalización no ha pasado desapercibida por la industria del juego. Desde mediados de los años 90, los jugadores tienen la posibilidad de probar suerte en Internet y lo que era algo poco común entonces hoy es algo muy extendido. La gran cantidad de opciones de los casinos online es algo muy difícil con lo que competir.
La oferta abarca casi cualquier posibilidad: Puedes probar con los típicos juegos de casino (ruleta, póker, blackjack) y también otros muchos juegos. Esto incluye, por ejemplo, juegos de cartas y loterías. En principio, todas las variantes significativas de la historia del juego.
La llegada de los casinos online hace que el jugar sea independiente del tiempo y del lugar. Puedes jugar a cualquier hora, sin importar dónde. Debido a esto, muchas casas ofrecen sus juegos de manera gratuita, donde los jugadores pueden apostar sin gastar dinero. Esta es otra ventaja sobre los casinos normales.
Regulaciones del juego en todo el mundo
Contrato del juego en Alemania
Desde 2008, apostar en la República Federal de Alemania está regulado por un contrato estatal entre los diferentes estados. El objetivo de este contrato es fortalecer la protección de los jugadores y la gente joven, para combatir y prevenir el desarrollo negativo del juego antes de que surja.
Además, con la normativa uniforme, la oferta deberá ser limitada y la ejecución de los juegos debe estar asegurada por la ley. El estado quiere prevenir el fraude y las actividades criminales.
Reglamentos estrictos: el juego en los Estados Unidos
En los Estados Unidos se desarrolló una divertida forma de juego, y en la mayoría de grandes ciudades, los juegos estaban en sus propias calles. La prohibición estricta del juego, que entró en vigor a principios del siglo XX, marcó un punto de inflexión. Sólo a principios de los años 1930 se permitió a Nevada volver a jugar, una excepción que permitió a Las Vegas convertirse en la “meca del juego”. A partir de 1978, se permitió de nuevo el juego en estado de Nueva Jersey. En la costa este, Atlantic City se convirtió en una ciudad formidable para los juegos de azar. Otra excepción son las reservas indias americanas, donde el juego también es legal, por lo que muchos casinos se instalaron en estas áreas.
El juego en China
Para los chinos, el juego no es algo que tenga mala reputación y pertenece al día a día de muchas personas. Actualmente está prohibido en toda China, con la excepción del área administrativa de Macao. Hoy en día, esta prohibición no se cumple de manera estricta, y el juego solo está extendido en el ámbito privado. Se juega en muchas ocasiones, como por ejemplo fiestas, reuniones familiares o incluso entierros.
Para la gran mayoría de jugadores chinos, la superstición juega un papel muy importante en sus apuestas. Números concretos, movimientos o rituales, hacen que se suponga que tendrán más suerte a la hora de jugar.
En China se ha jugado durante miles de años. Los juegos en sí han evolucionado o han cambiado, pero la esencia se mantiene. Las continuas prohibiciones y las duras multas impuestas por los gobiernos no consiguen reducir la pasión de los jugadores, y justamente el propio personal de esos gobiernos, son a menudo personas que juegan frecuentemente y apuestan grandes cantidades.
Una teoría acerca de la pasión china por el juego, es la creencia de que la suerte y el destino están influenciados por poderes externos. Al final, la mayoría de la gente cree que los poderes pueden estar influenciados por ciertas conductas o comportamientos, que hace a los jugadores creer que tienen su propia fortuna, incluso si el juego depende exclusivamente de la suerte, como en la ruleta.
Macao le hace sombra incluso a Las Vegas
El juego en China es ilegal, y esto fue en la mayoría de gobiernos en el pasado, pero en Macao se legalizó en 1847. Después de este importante paso, las ganancias de los casinos suponían una gran parte del producto local. Entonces, la posibilidad de jugar por dinero legalmente, llevó a muchos chinos de la península a la isla. Hoy, los casinos de Macao tienen seis veces más beneficios que Las Vegas, la capital americana del juego está claramente en segunda posición.
Los juegos de azar en España
Los juegos de azar en España son, a día de hoy, una actividad completamente legal. En casi cualquier ciudad podemos encontrar lugares habilitados para ello, ya sea en ámbitos privados como los casinos, bingos, máquinas recreativas… o bien en las loterías y las apuestas propias del Estado, a las que se juega de manera pública.
Se trata de una actividad muy extendida en este país. Sin embargo, las leyes sobre el juego en España son relativamente recientes, pues el juego no siempre estuvo regulado.
Ya en el año 218 a. C. los invasores romanos introdujeron los primeros juegos de azar cuando ocupaban la península Ibérica. Otras culturas que ocuparon el país también dejaron en España parte de sus costumbres en el juego, cómo por ejemplo los árabes y sus juegos de cartas.
Por aquel entonces, ya existían lugares de juego organizado, como pequeños casinos. Esto continuó hasta finales del siglo XX, donde surgieron las primeras prohibiciones impuestas por los regímenes dictatoriales que gobernaban en el país.
En 1977, el gobierno democrático de España se propuso regular los aspectos fiscales, administrativos y penales sobre el juego mediante la ley del Real decreto 16/1977, para que los juegos de azar se pudiesen desarrollar en el país. Pero esto se modificó necesariamente años después, pues la llegada de Internet hizo que cambiase totalmente el panorama.
Con la llegada de Internet, los juegos de azar multiplicaron su popularidad. Ya no era necesario acudir a una casa de juegos o a un casino para poder apostar. Internet ofrecía la posibilidad de hacerlo en cualquier lugar y a cualquier hora.
Multitud de empresas se aprovecharon de ello, ya que en los primeros años existía un vacío legal sobre el juego online y, como es normal, las principales afectadas eran las casas de apuestas físicas registradas en el territorio español.
Muy recientemente, en el año 2012, el juego empezó a estar controlado en todos sus ámbitos, pues se aprobó una ley para el control de empresas del juego en España. Esto benefició enormemente al Estado español: La hacienda española recaudaba 1.700 millones de euros anuales gracias al juego, y este generaba más de 100.000 empleos directos. Además, las cantidades de recaudación no paran de aumentar.
En el último año, el juego en España llegó casi a los 3.000 millones de euros de movimiento, casi un 20% más que en el año anterior.
Aunque estos sean datos ya de por sí increíbles, España todavía está lejos de otros países que se adelantaron en las leyes para el juego y que mueven cifras 2 o 3 veces más altas que las de España.
Una increíble historia que está lejos de llegar a su fin
Los juegos de azar han tenido una increíble historia, siempre muy ligada a la sociedad y a los gobiernos. Incluso hoy, el estado regula el juego con leyes en la mayoría de regiones del planeta.
Podemos tener curiosidad acerca del desarrollo del juego a lo largo de las próximas décadas o siglos, y de cómo todos los avances técnicos que el futuro sin duda deparará, afectarán a la poderosa industria del entretenimiento.